Editorial: Bajar impuestos?
Si en los próximos años habrá que seguir recortando para cumplir los objetivos de déficit, perder ahora ingresos, y de la otra continuar asfixiando las Comunidades Autónomas, que son las que soportan el gasto de los servicios sociales, es una combinación letal para nuestro Estado del Bienestar.
Por eso, la rebaja del IRPF que impulsa el gobierno español, tanto para las rentas bajas cómo para las altas, es inoportuna e incomprensible, y sólo puede ser entendida en clave electoral. Esta no es la reforma fiscal que necesitamos, porque agravará la carencia de ingresos de las Administraciones, y profundizará todavía más las desigualdades sociales. Un informe de Oxfam-Intermon ha puesto de manifiesto hace pocas semanas la inequidad del sistema impositivo español, en el cual las grandes empresas tributan muy por debajo del que los correspondería, mientras que las familias trabajadoras aportan la mayor parte de los ingresos públicos. Y para acabarlo de empeorar, el enorme fraude fiscal proviene principalmente de las trampas que realizan las grandes empresas, entre las cuales destacan la operativa a través de sociedades y filiales en paraísos fiscales. Con la crisis, esta ingeniería fiscal no ha disminuido, sino que se ha sofisticado todavía más y las principales empresas de la IBEX han creado un 30% más de sociedades pantalla en estos paraísos fiscales.
Para preservar el Estado del Bienestar, perseguir de manera más eficiente este fraude es prioritario. Al igual que lo tiene que ser reformar el sistema fiscal para hacerlo más progresivo y redistributivo. En periodos electorales bajar impuestos es una tentación demasiado fácil. Es mucho más importando decirle y demostrarle al electorado que el Estado del Bienestar es una prioridad y que no seguirá haciendo pasos atrás.
