Los estrategas de campaña de Convergència i Unió se reconocen incapaces de calibrar hasta qué punto castigará o no el electorado los recortes sociales que ha impulsado su líder, Artur Mas, desde la Generalitat. Eso sí, confían en que los votantes sepan apreciar los primeros signos de recuperación económica. Por si acaso, el presidente catalán recuperó ayer el discurso de culpar al Gobierno central de todos los males que acechan a Cataluña, especialmente en materia de recortes sociales. Mas aseguró que si Cataluña no puede apoyar más a los ciudadanos “con más necesidades” es porque “aún no disponemos de todas las capacidades que deberíamos de tener como un país normal”, que es como Mas suele referirse a los países independientes.
En una intervención en un acto de apoyo a una entidad social en Cardedeu (Barcelona), Mas recordó que cuando se habla de la “modernidad” de un país se habla de la red de infraestructuras, de las telecomunicaciones, de los transportes o aeropuertos, que “son muy necesarios”, dijo. No obstante, Mas cree que el auténtico “termómetro” que “mide” la “calidad” de un país es si éste “se preocupa más de las personas que tienen más necesidades”. Además, aseguró que este es “el sello de Cataluña”.
“Y si no podemos hacer más no es por falta de compromiso, sino porque hoy no disponemos de todas las capacidades que deberíamos de tener como un país normal, para poder hacer esto con más intensidad”, se justificó el presidente catalán.
Ante los insistentes recortes sociales de su Gobierno, que mantienen en pie de guerra a las entidades del tercer sector y a los afectados, Mas optó por poner un ejemplo de solidaridad que poco tiene que ver con el Presupuesto público: “La Marató” de TV3, un programa que recoge donativos para causas solidarias. “Proporcionalmente Cataluña es el país más solidario”, aseguró.
Las palabras de Mas llegan después del último desencuentro del presidente con el Consejo Asesor de Políticas Sociales que él mismo nombró la pasada legislatura. En su último informe el consejo alerta de la falta de decisiones concretas para atajar el incremento de la pobreza.
También la Mesa de Entidades del Tercer Sector Social ha puesto cifras encima de la mesa que cuestionan las políticas de la Generalitat. El informe titulado Nueva pobreza y renta mínima de inserción, presentado la semana pasada, alerta de que Cataluña dedica solo el 0,4% de su presupuesto a la renta mínima, cifra que contrasta con el 2,5% que dedican Euskadi o Asturias. En el caso de Euskadi esta cobertura llega al 5% de la población adulta y en Navarro el 2%. En Cataluña, en cambio, solo un 0,5% de los ciudadanos tienen acceso a esta prestación. El informe también revela que Euskadi dedica a la renta mínima 343 millones frente a los 130 de Cataluña.